Huesos para el Perro
24.02.2011 19:13
HUESOS PARA EL PERRO 02/22/2011
Puede que tu perro adore comer los huesos sobrantes de tu comida, pero esta puede ser la receta para el desastre. Sencillamente los huesos son un peligro para tu mascota. Los huesos se astillan y ocasionan perforaciones de las paredes intestinales o del estómago. La obstrucción gastrointestinal también es común después de comer huesos. Y esto es un mal que podría causar la muerte del animal eventualmente.
Los huesos puntiagudos y filosos, como el T-bone o las chuleta de cerdo, se pueden masticar lo suficiente como para ser tragados en trozos pequeños. Una vez que estos huesos puntiagudos entran en el esófago, pueden quedar atrapados en el revestimiento suave y dañar el esófago permanentemente. También son un reto para diagnosticar ya que el perro actúa como si tuviera ganas de vomitar. Los veterinarios entonces sacan rayos X del estómago y no encuentran nada malo en el animal, porque el hueso donde en realidad está atascado es en el esófago. Esto puede conducir a un retraso en la eliminación del hueso y de los problemas de salud que le ocasionará, debido a que tu perro no puede hablar para decir en donde está exactamente el problema.
Los huesos de cerdo y de jamón son especialmente peligrosos. Unos cuantos mordiscos y el hueso se reduce a astillas tan agudas como agujas. Los pedazos de hueso astillado puede que pasen a través del estómago y la primera parte del intestino (si es que lo logran), pero cuando es hora de que las astillas pasen por el otro extremo tu perro va a gritar y ni hablar del daño posiblemente mortal que le pueden ocasionar.
Los huesos de costillas son otro peligro. Pones un montón de ellos en la basura, tu perro piensa que es un buffet y se dá un atracón. Los huesos de las costillas pueden encajarse entre los lados izquierdo y derecho de los dientes superiores. Cuando esto sucede tu perro no podrá ser capaz de cerrar la boca, babeará profusamente y restregará la cara con la pata tratando de desalojar el hueso. Si ves un hueso allí, dirígete directamente a la clínica veterinaria más cercana, ya que probablemente se tenga que anestesiar el perro para poder desalojar el hueso. Esto no es uno de esos proyectos "hágalo usted mismo", porque quien podría terminar en la sala de emergencias es uno mismo debido a la mordedura ocasionada por el perro de manera accidental, además de que le puedes causar mayores daños al animalito.
Otro de los peligros de los huesos son los microbios. Una de las razones por las que cocinamos la carne antes de comerla es para matar cualquier bacteria que pueda haber en ella y en el hueso. Tanto tú como tu perro son susceptibles a los agentes infecciosos que contaminan la carne cruda y los huesos. Pero como después de leer esto, sabemos que ya no le vas a dar huesos a tu perro, lo de los microbios lo podemos dejar para luego.
Los huesos puntiagudos y filosos, como el T-bone o las chuleta de cerdo, se pueden masticar lo suficiente como para ser tragados en trozos pequeños. Una vez que estos huesos puntiagudos entran en el esófago, pueden quedar atrapados en el revestimiento suave y dañar el esófago permanentemente. También son un reto para diagnosticar ya que el perro actúa como si tuviera ganas de vomitar. Los veterinarios entonces sacan rayos X del estómago y no encuentran nada malo en el animal, porque el hueso donde en realidad está atascado es en el esófago. Esto puede conducir a un retraso en la eliminación del hueso y de los problemas de salud que le ocasionará, debido a que tu perro no puede hablar para decir en donde está exactamente el problema.
Los huesos de cerdo y de jamón son especialmente peligrosos. Unos cuantos mordiscos y el hueso se reduce a astillas tan agudas como agujas. Los pedazos de hueso astillado puede que pasen a través del estómago y la primera parte del intestino (si es que lo logran), pero cuando es hora de que las astillas pasen por el otro extremo tu perro va a gritar y ni hablar del daño posiblemente mortal que le pueden ocasionar.
Los huesos de costillas son otro peligro. Pones un montón de ellos en la basura, tu perro piensa que es un buffet y se dá un atracón. Los huesos de las costillas pueden encajarse entre los lados izquierdo y derecho de los dientes superiores. Cuando esto sucede tu perro no podrá ser capaz de cerrar la boca, babeará profusamente y restregará la cara con la pata tratando de desalojar el hueso. Si ves un hueso allí, dirígete directamente a la clínica veterinaria más cercana, ya que probablemente se tenga que anestesiar el perro para poder desalojar el hueso. Esto no es uno de esos proyectos "hágalo usted mismo", porque quien podría terminar en la sala de emergencias es uno mismo debido a la mordedura ocasionada por el perro de manera accidental, además de que le puedes causar mayores daños al animalito.
Otro de los peligros de los huesos son los microbios. Una de las razones por las que cocinamos la carne antes de comerla es para matar cualquier bacteria que pueda haber en ella y en el hueso. Tanto tú como tu perro son susceptibles a los agentes infecciosos que contaminan la carne cruda y los huesos. Pero como después de leer esto, sabemos que ya no le vas a dar huesos a tu perro, lo de los microbios lo podemos dejar para luego.